dimarts, 1 de març del 2011

Desembre 2010 al Diari Carraixet


¡VIVA LA PEPA!
                Con este grito, como es sabido, saludó el pueblo español la aprobación de la Constitución el 19 de marzo de 1812, la primera en nuestra historia. Cuando se publique este artículo probablemente ya se habrá celebrado el 6 de diciembre la promulgación de la actual Constitución según los ritos y rutinas del  oficialismo más rancio, mientras la gran mayoría de la ciudadanía observa todo a distancia y aprovecha un largo puente, que más parece un viaducto, si el tiempo y la economía lo permiten. Porque ¿qué hay que celebrar?
                Mucho. Disfrutar de unas garantías constitucionales no es ninguna pequeñez. Y en la historia de España nunca hubo un periodo tan largo de democracia. Pero con el paso de los años todo envejece, hasta las constituciones. Y la española vigente, que surgió de un compromiso entre los reformistas del franquismo y las fuerzas democráticas, ya nació con algunos achaques que, pasados 32 años, se han convertido en dolencias de difícil curación. Entre otras cosas, porque los requisitos que impone el Título X de la propia Constitución y el bipartidismo imperante hacen casi imposible cualquier revisión constitucional. Veamos algunos puntos:
A. El artículo 3, que habla del castellano como lengua oficial del Estado, de las otras lenguas que serán también oficiales de acuerdo con los respectivos estatutos, y de la riqueza de las diferentes modalidades lingüísticas como un patrimonio que hay que proteger, se ha divorciado de la realidad notoriamente.

i. Por ejemplo, ¿cómo protege nuestro ayuntamiento el valenciano si prácticamente todos sus documentos están en castellano?

B. El art. 16.3 la aconfesionalidad del Estado, aunque pide que éste colabore con la Iglesia Católica y las otras confesiones. Resultado: Asistimos a un confesionalismo católico galopante en todas las instituciones públicas.

C. El artículo 20.1 afirma el derecho a una información veraz. Cualquiera que observe el panorama de los medios de comunicación (unos más, otros menos) verá que este artículo parece redactado para otro país.

D. El artículo 31.1 pide que la ciudadanía contribuya a la hacienda pública según su capacidad económica, mediante tributos inspirados en principios de igualdad y progresividad. Pues sí. La derecha reduce los impuestos sobre las grandes fortunas y el Gobierno central sube el I.V.A.

E. Según el art.35.1 todos tenemos el deber de trabajar y el derecho al trabajo. Cuatro millones y medio de parados esperan que esto se haga realidad. Pero ¡claro! ¡¡es que no buscan trabajo porque disfrutan pasando apuros!!

F. El art. 47 reconoce el derecho a una vivienda digna y adecuada. Bueno, esto será si puedes pagarla y si no se la quedan los bancos o cajas por impago de la hipoteca.

G. En el Título II, los artículos 56 y 57 son claramente machistas. El 56 habla del Rey como jefe del Estado y el 57 da prioridad al varón sobre la mujer en la sucesión de la corona. A los padres de la Constitución (porque ésta no tuvo ninguna madre) no les pasó por la cabeza igualar en derechos a los sexos en este tema.

Resumiendo, esta Constitución comienza a envejecer y está necesitando un lifting o puesta al día. Si esto no tiene lugar pronto, más que en reformas habrá que pensar en cambios.

Grup Municipal No Adscrits, Regidora Neus Sánchez

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